Los buenos modales son más que simples reglas de etiqueta: son una forma
de respeto hacia los demás, una herramienta para
la armonía social.
Como obra, el manual ha ganado y mantenido una significación social y
cultural a largo plazo como árbitro de las normas sociales en las sociedades de
habla hispana. Su ubicuidad ha
evitado que se desvanezca de la vista histórica: es la sal y la pimienta en la
mesa, tan común que ha escapado al aviso. No solo proporciona reglas detalladas
de etiqueta y comportamiento, sino que también resuena en América española, una
región con memoria viva de las guerras de independencia fratricidas.
Fue el primer manual de urbanidad accesible en América Latina, por lo
que su legado se mantiene incluso a día de hoy.